lunes, 4 de octubre de 2010

De robinsones suizos y filosofía

Debo muchas historias al blog, lo sé, de mis proyectos éste ha sido uno de los mayores fracasos y ni siquiera sé porque no lo cierro y a otra cosa mariposa. Supongo que es porque no tengo diario y algunas veces como hoy necesito escribir.

Me he pasado la noche en vela e irremediablemente los pensamientos han fluido desde un tiempo lejano, a pesar de que hace mas de un mes que me estoy negando el privilegio de recordar para no sufrir más de lo necesario. En concreto esta noche han venido a mi mente dos recuerdos.


El primero ha sido cuando papa noel me trajo mi inves 486 en las navidades del 93. En mi casa por aquel entonces era la época de la opulencia, y aunque ahora defendemos a capa y espada la tradición nacional de los Reyes Magos en aquellos maravillosos años tanto ellos como el gordo barrigón se pasaban a dejarnos montones de regalos, y ahí estaba yo con mi ordenador, que no tenía ni pajolera idea de usar por cierto.
Pasadas las navidades, probablemente una tarde de sabado, con mi familia en el cuarto trastero (así es como llamabamos a la estancia donde teníamos los 3 escritorios, la tele y estanterias con montones de libros y que hoy es un baño con jacuzzi) mi padre decidió que no quería que su hija fuera una inepta de esos que teclean con dos dedos y me enseñó a teclear en mi nuevo ordenador. Cogió uno de sus viejos libros, El Robinson suizo, y me lo empezó a dictar, cambiando a medida que avanzaba los nombres de la familia del robinson por los de una que conocíamos, provocandonos la risa y la mofa hacia ellos. No me dejó guardar el documento por si alguna vez venían por casa lo fueran a ver, pero esta noche el documento que no quedó grabado en el 486 ha aparecido en alguna carpeta de mi memoria y he vuelto a sonreir.

Lo segundo que he recordado ha sido una historia que en su momento se me quedó grabada y en la cual no había vuelto a pensar. No sé que año corría, ni lo voy a calcular para no tener que exponer mi edad, pero tendría unos 16 años, creo que era en 3º de BUP. Mi profesor de filosofía desvariaba, yo ni siquiera sabía de lo que iba la asignatura, hoy en día cuando miro mis examenes guardados con sobresaliente no acierto a averiguar de donde pudo salir esa maquina de filosofar que era una Esti adolescente, doliente de marginación social y bastante odio y resquemor hacia todas las cosas. Estabamos en que el profesor desvariaba, Pedrillo, decia propiamente una media de 30 veces por clase (contado con palitos, como los días de cautiverio de un preso) Un día empezó a contar una historia, no parecía un desvarío y le empecé a escuchar, se quedó guardada en mi mente hasta la noche de hoy: un chico vuelve de la guerra de las Malvinas y llama a su madre, le pregunta si le importa que lleve a un amigo que estuvo con él en la guerra pero que está mutilado y ciego, la madre le dice que mejor que no, que prefiere no ver a alguien en ese estado. Cuando cuelga se suicida, no era un amigo sino él mismo.
Cuando me he acordado de la historia lo he buscado en google, quería saber de donde lo sacó mi profesor, es un texto que Gabriel García Márquez publicó en El Espectador un año después de la guerra de las Malvinas.

Si los momentos que se guardan en nuestra memoria y aparecen nítidos incluso 17 años después una noche en vela son los que nos han forjado como personas, yo agradezco que estos dos estén en la mia.

6 comentarios:

  1. Grande esa historia...no la recordaba hasta que la has mencionado. De todo aprendemos y los recuerdos son lo más bonito/doloroso que podemos tener, pero siempre nos sirven para aprender y para formarnos como personas.

    No cierres el blog anda ;)

    Besos

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  2. gran entrada Esti...me ha encantado.besos

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  3. Me has hecho llorar,perra.
    Por favor, no cierres el blog, estoy segura de que a parte de los que te queremos alguien más ha sonreido o dejado caer una lagrimita con tus palabras.
    Ese recuerdo de tu padre seguro que no se te borra jamás y espero que te haga sonreir siempre que se presente alguna de esas noches en vela.
    Por otra parte,seré una ñoña propiamente dicha :P pero a veces extraño esos días en los que contábamos con palitos los tics linguísticos de los profesores... Y ,para mi desgracia, te haré saber que a veces también me encuentro a mi misma convertida en una versión mucho más insulsa y mucho más aburrida de lo que me creía que era con esos mismos 16 añitos...

    Besos.

    Fdo. La del pupitre de atrás

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  4. No tienes que cerrarlo!! ni se te ocurra!, estaba deseando ver una entrada reciente.
    Me ha gustado mucho, piensa una cosa, nuestra mente es un filtro y cuando no te des cuenta las cosas buenas apareceran como flashes por el echo de oler, tocar o ver.. algo que te haya recordado una de esas historias que has contado. A veces nosotros solo somos recuerdos

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  5. que no se como poner la cuenta con la que estoy suscrito a tu blog jijijij, soy chemi mik = chemi, besitos!

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